Les aporta seguridad emocional, cuando reciben afecto se sienten seguros y amados, por lo que ayudamos a crear una base emocional sólida que les permitirá explorar el mundo y enfrentar desafíos. Por ejemplo, nuestro hijo/a ha tenido hoy un día difícil en el colegio, ha tenido algún conflicto con sus amigos y se siente triste ¿qué podemos hacer?:

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• Escucha atentamente, mírale a los ojos y pregúntale cómo se siente, presta atención a lo que te dice para estimularle con nuevas preguntas abiertas que estimulen la expresión de emociones.

• ​Valida sus sentimientos, por ejemplo “entiendo que te sientas triste después de lo que pasó, es normal sentirse así cuando discutes con tu amigo”.

• Ofrece consuelo, a través de un abrazo o palabras de aliento o simplemente estando presente de manera comprensiva.

• Enseña habilidades emocionales, después de brindar consuelo podéis hablar con ellos sobre cómo manejar las emociones y resolver conflictos de manera constructiva, ayudará al desarrollo de sus habilidades sociales.

• Reforzar el amor incondicional, recordarle que los quieren sin importar lo que pase y que siempre estarán ahí para apoyarlos.

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Desarrollo emocional, el afecto ayuda a los niños a entender y gestionar sus emociones, aprender a recibir y dar afecto enseña empatía, compasión y como relacionarse positivamente con los demás.

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Autoestima, las muestras de afecto, como el elegio sincero y el cariño construyen la autoestima de las niñas y niños, saber que son amados y valorados les brinda confianza en sí mismos y en sus habilidades.

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• Tenéis que transmitir que le queréis independiente de sus logros o errores. Es fundamental para la construcción de su imagen positiva.

• Crear un clima de comunicación abierta, permitir que se expresen, escucharlos activamente y demuestra que sus opiniones son valoradas.

• Refuerza sus logros y esfuerzos en las tareas que hacen, les enseñarás que esforzarse es importante.

• Establece límites y normas claras, que aporten estructura y seguridad, es importante que sepan qué se espera de ellos y qué comportamientos son aceptados.

• Fomenta su autonomía, con tareas adecuadas para su edad les da confianza en sus habilidades, elogia sus esfuerzos incluso aunque no salga perfecto, reforzará su autoestima.

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Relaciones sociales, los niños y niñas que crecen en un ambiente afectuoso tienden a desarrollar relaciones sociales más saludables, saben cómo expresar afecto y cómo esperar ser tratados con amor y respeto.

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Aprendizaje, el apoyo emocional que proporciona el afecto les ayuda a enfrentar los desafíos académicos y mantener una actitud positiva hacia el aprendizaje.

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Desde una disciplina positiva,  consiste en enseñar habilidades sociales y emocionales mientras se establecer límites claros y consistentes, desde el afecto los adultos podemos establecer límites de manera positiva y comprensiva, enseñando a los niños sobre las consecuencias de sus acciones sin recurrir a la violencia física o verbal.

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• Comprender el comportamiento, trata de entender el motivo detrás del comportamiento, a menudo es porque no tienen necesidades satisfechas o están tratando de comunicar algo.

• Límites claros, explica las reglas y las razones de esas reglas, las consecuencias deben estar relacionadas con la acción y ser razonables. Por ejemplo “lavarse los dientes”

  • Entiendo que no te guste cepillarte los dientes, pero es importante para mantenerlos sanos y fuertes, en esta familia todos nos cepillamos los dientes antes de dormís, puedes elegir si quieres hacerlo solo o con ayuda, pero cepillarte los dientes debes hacerlo ¿prefieres hacerlo solo o necesitas ayuda?

  • Este enfoque establece el límite claro de que cepillar los dientes no es algo negociable, pero también ofrece al niño la opción de tener control al poder elegir cómo llevarlo a cabo (solo o con ayuda). Ofrece opciones que permitan resolver el problema intentando no llegar al castigo.

  • De este modo fomentamos la autonomía del niño dentro de un marco de límites y expectativas familiares.

• Debes ser un ejemplo para tus hijos, si quieres que sean pacientes y respetuosos, debes mostrarles cómo comportarse de esa manera.

• Recompensa y alaba el comportamiento positivo con elogios sinceros.

• Enseña empatía, ayúdalos a entender los sentimientos de los demás.

• Hay que ser firme, pero amoroso, que perciban que pueden contar contigo y tienen tu apoyo, no se trata de ser permisivo, sino de guiarlos de forma respetuosa y amable.

• Puede que se equivoque, valorando el error en su justa medida.

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Resiliencia, los niños que han experimentado afecto son más resistente emocionalmente y serán capaces de enfrentar situaciones difíciles con mayor fortaleza y adaptabilidad.

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Bibliografía:​​

• Silva García, J. (2019). Aprender a educar, el reto de la educación en positivo. Save the Children.

• Bermejo Boixareu, M., Luengo Latorre, J.A., García Berrocal, P. (2022). ¿Cómo te ha ido el día? Una guía para abordar la salud mental y emocional de nuestros hijos e hijas. Save the Children.

Acceso a la bibliografía online:

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